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Las pequeñas cosas II

Posted on October 6, 2012October 7, 2012

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En una entrada anterior, contaba cómo es de complicado dar con la puerta de la casa de alguien concreto a quien vas a visitar en Berlin.

Aun sabiéndolo, un día encargué este comic online, The unemployed, que tiene su miga :-D, pero eso en otro momento. La cosa es que en la dirección sólo puse la dirección(sin piso ni nada), claro mi nombre no aparecía por ningun lado, realquiler de realquiler de realquiler (todo legal porque aquí realquilar es una opción), así que rauda y velóz  puse el nombre en el buzón y crucé los dedos para que el cartero se lo currara un poco y mirase en los distintos portales de la misma dirección por el nombre. A todo esto, el índice de mudanzas en Berlin es de los más altos, con lo cual todo el mundo va de un lado para otro, así que el concepto de que el cartero más o menos sepa quien vive en qué casa es imposible.

Finalmente llegó el aviso de que había recibido un paquete, la dirección, una que yo me esperaba que fuese una oficina de correos, la oficina de la empresa de mensajería cuando voy a por el paquete qué me encuentro, esto!!!, es decir, una tienda de ultramarinos, donde van los frikis del barrio, regentada por un chino y los paquetes pendientes de entrega estaban en la balda de las frutas 😀 , genial!!

 

 Así que finalmente recogí el paquete, que por cierto me sorprendió, un sobre de cartón empaquetado al vacío, la primera vez que lo veo 🙂

 

1 thought on “Las pequeñas cosas II”

  1. Santi says:
    October 7, 2012 at 12:24 am

    Conocí un caso parecido, pero aquí en España. Una compañera de trabajo estuvo esperando el kit ADSL durante no se’cuanto tiempo. Llamó a Jazztel y les aparecía como entregado, sin embargo ella no lo tenía. Finalmente se enteró que el mensajero tiene por costumbre dejar los paquetes en la gasolinera que hay a la entrada del pueblo y después la gente va allí a por ellos. Afortunadamente, no es el pueblo en el que yo vivo. Aquí me los traen a casa. Eso sí, siempre a horas en las que no estoy 😛

    No dejaré de admirar a los alemanes… si el cartón es un material poroso… ¿cómo hacen el vacío?

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